CRISIS EN HONDURAS: EEUU. EXIGE EL CUMPLIMIENTO DE LA CONSTITUCION

El Consejo de Seguridad de la Organización de Estados Americanos, se reunió con urgencia ayer en Washington para considerar la crisis política en Honduras, al tiempo que el gobierno de Barack Obama reclamó el respeto de la Constitución.La reacción se produce después de que el presidente de ese pequeño y empobrecido parís centroamericano, Manuel Zelaya, aludiera abiertamente a que era blanco de un intento de golpe de Estado que pretendía impedir su camino socialista.La crisis estalló después que el mandatario chocara con el Congreso, la Corte Suprema y las Fuerzas Armadas en su intento de llamar mañana a una consulta, primer paso a un intento reeleccionario. Este rico terrateniente, hasta no hace mucho un duro conservador de derecha rígida, cambió a una posición socialista pro bolivariana tejiendo rápidamente alianzas con Venezuela y Cuba. En ese plan, dejó un tendal de ex aliados en el camino que ahora le apuntan con furia entre ellos la dirigencia del Partido Liberal de derecha al cual pertenece el presidente. Sus enemigos suponen que el cambio político es, en verdad, una maniobra para garantizarse el triunfo en un eventual intento reeleccionario.Zelaya planteó hacer una consulta este domingo para que el pueblo diga si esta de acuerdo o no en que se haga un plebiscito que permita un amplio cambio constitucional. La reforma incluiría la reelección, y conseguir poderes para nacionalizar empresas de telecomunicaciones, energéticas y expropiar tierras para una reforma agraria. Una tenaz oposición se alzó para impedir la consulta de mañana. La operación incluyó la captura de las urnas por las fuerzas armadas. Zelaya, al frente de un equipo de seguridad, tomó los galpones de la Aeronáutica, donde estaban las urnas, las recuperó y comenzó ayer a distribuirlas. Antes relevó al jefe de las Fuerzas Armadas, general Romeo Vásquez Velásquez y le aceptó la renuncia a un ex aliado al cargo del ministro de Defensa.La situación es muy compleja debido, entre otras cuestiones extravagantes, a que el uniformado se niega a aceptar la destitución y afirma a quien lo escuche que es aún el jefe militar del país. El presidente, quien está decidido a realizar su consulta, anunció en un claro esfuerzo para distender la crisis que el peligro de golpe ya se había conjurado. La declaración, motivada aparentemente en la reacción internacional, se produjo poco antes de que el vocero de la cancillería norteamericana, Philip Crowley, comunicara el pedido "a todas las partes a buscar una salida democrática consensuada que cumpla con la Constitución y las leyes hondureñas y que sea consistente con la Carta Democrática Interamericana". El mensaje de Washington, coincidente con la posición de la OEA, parecía poner así un estricto límite a cualquier intento de acciones golpistas."Estamos preocupados por la ruptura del diálogo político entre las fuerzas políticas en Honduras sobre la consulta de reforma constitucional", dijo el vocero que remarcó que "pedimos a la OEA ¿que también integra Washington- que tome todas las acciones necesarias para que se respeten los principios de la Carta".Los soldados en las calles de la capital, Tegucigalpa, que fueron desplegados en la noche del jueves, parecieron una presión sobre Zelaya para obligarlo a abandonar su proyecto reeleccionista. La acción incluyó una demanda de la dirigencia opositora en el Congreso para que el mandatario sea declarado mentalmente incapaz y sacarle el poder. Todo eso, por ahora, fracasó.El presidente llegó al gobierno hondureño en enero de 2006. Bien mirado por la derecha regional y Estados Unidos, en esa época gobernado por George W. Bush, cambio, según su explicación, después de un viaje que hizo a Cuba en el cual pidió excusas por las acciones de su país contra la Revolución comunista.A partir de ese momento Zelaya unió a su país a la alianza Alba que impulsa el bolivariano Hugo Chávez, proclamando que "Honduras necesita un verdadero liberalismo social, o lo que es lo mismo, un liberalismo socialista".