Al menos 15 personas resultaron heridas el lunes durante los enfrentamientos entre los seguidores del depuesto presidente Manuel Zelaya y las fuerzas armadas y policiales, que dispersaron a los manifestantes y lograron el control total de los tres accesos a la residencia presidencial.
La entrada sur hacia el recinto presidencial --una zona de restaurantes, bancos y hoteles-- quedó con abundantes neumáticos quemados, y al menos una docena de edificios mostraban ventanales rotos.
El socorrista Cristian Vallejo de la Cruz Roja dijo que su unidad había trasladado a 10 heridos, en su mayoría por balas de goma. Un fotógrafo de Associated Press vio a otros cinco heridos en uno de los accesos.
Los reporteros observaron que los militares y policías lograron dispersar a unos 3,000 manifestantes que protestaban en favor de Zelaya y que habían tomado el control de cada uno de los tres accesos al palacio presidencial.
Las autoridades utilizaron gases lacrimógenos y camiones que disparan chorros de agua, mientras los manifestantes lanzaron piedras y botellas contra los uniformados. Escenas en que policías y soldados apuntaban sus armas a civiles eran frecuentes en el lugar.
Varios helicópteros de la policía sobrevolaban la casa presidencial en la zona sur de la ciudad y se podían escuchar las sirenas de las ambulancias en los alrededores de la zona.
El presidente designado, Roberto Micheletti, hizo el lunes un llamado para resistir las presiones internacionales que buscan reinstalar al depuesto mandatario por un golpe de Estado.
"Aquí no hubo golpe de Estado porque los hondureños siguen regidos por la Constitución, a la que el anterior gobierno quiso reformar sin ningún fundamento y de manera ilegal'', dijo Micheletti a la radioemisora HRN.
"Respetamos a todo el mundo y sólo pedimos que nos respeten, y nos dejen en paz porque el país se encamina a elecciones generales libres y transparentes en noviembre'', agregó.
Estados Unidos cree que la situación en Honduras "ha desencadenado en un golpe'', dijo el lunes la secretaria de Estado Hillary Clinton, mientras gobiernos de América Latina y Europa condenaban el derrocamiento del presidente Manuel Zelaya y pedían que el conflicto en ese país centroamericano se resuelva por la vía democrática.
Los simpatizantes de Zelaya se concentraron frente a la presidencia y corearon consignas como ‘‘el pueblo unido jamás será vencido'', "que venga Mel [el diminutivo familiar del ex mandatario]'', "Micheletti traidor'', "Recuerden militares que Mel les ayudó, no sean traidores''.
Cada vez más personas se sumaban a la manifestación, formada particularmente por obreros, taxistas, campesinos e indígenas.
Micheletti ingresó a la Casa Presidencial por una puerta posterior, sin que se dieran cuenta los manifestantes. Luego procedió a juramentar a su gabinete de gobierno.
"A esos protestantes les digo que tienen el derecho a protestar, pero que lo hagan en paz (...) Si ellos golpean a un soldado, éstos actuarán'', advirtió.
La capital y las principales ciudades del país continúan con apagones, mientras han sido desconectados de los sistemas privados de cable algunos canales de la televisión internacional.
El mandatario designado afirmó que no teme las amenazas del presidente venezolano Hugo Chávez de enviar tropas a Honduras para instalar en el poder a Zelaya.
domingo, 5 de julio de 2009
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